Las piscinas de agua salada se han convertido en una tendencia en los últimos años, en parte por su reducido precio, en parte por las ventajas que aportan en la higienización del agua.
Una leve concentración de sal en la piscina es beneficiosa para la salud del bañista, ya que mantiene equilibrados los niveles de redox y ph.
Además, las piscinas saladas nos evitan la manipulación de productos químicos, pues éstos son creados directamente por la maquinaria de la piscina.